Conciencia, por un país soberano
El rol de la ciencia y la tecnología en el desarrollo de un país soberano
“La ciencia no es cara; cara es la ignorancia”. Bernardo Houssay, Premio Nobel de Medicina en 1947 y fundador del CONICET.
Mucho se viene discutiendo en los últimos días acerca del rol del estado y el impulso de políticas públicas que incentiven el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Como suele ocurrir cuando se discuten temas tan amplios y de alto impacto social, las posiciones se han polarizado. Pero ¿realmente tenemos claro el rol que ocupa la ciencia y el desarrollo tecnológico en un país?
Argentina invierte un 0,31% de su producto bruto interno (PBI) en ciencia; estando este presupuesto repartido en diferentes organismos del estado como, por ejemplo, CONICET, INTA, INA, CONAE, y universidades públicas. Si nos comparamos con otros países de la región, según datos del Banco Mundial (2019), Brasil invierte 1,21%, Chile 0,34% y Uruguay 0,48% de su PBI en ciencia. Otros países desarrollados, muestran una inversión que se triplica en relación con los mencionados países sudamericanos. Tal es el caso de Estados Unidos que invierte 3,45% de su PBI, Japón 3,26%, Bélgica 3,48%, Alemania 3,14%, en tanto que Israel y Corea del Sur invierten el 4,9%.
Contar con organismos estatales que sean independientes de los intereses económicos y productivos del sector privado resulta una herramienta fundamental para asegurar la soberanía de un país. Un ejemplo de esto es el CONICET, que en Argentina se constituye como un organismo público clave que permite garantizar el abordaje de intereses inmediatos de la sociedad que, en ocasiones, se contraponen con los intereses del mercado y los grandes poderes económicos. En este organismo se desempeñan trabajadores y trabajadoras abocados a la ciencia a lo largo y ancho de nuestro país en 16 Centros Científicos Tecnológicos (CCT), 10 Centros de Investigaciones y Transferencia (CIT), un Centro de Investigación Multidisciplinario y más de 300 Institutos y Centros exclusivos y compartidos con universidades nacionales y otras instituciones. La calidad de la información científica que se genera en este organismo público responde a elevados estándares internacionales y una muestra de esto es que el CONICET se encuentra actualmente ubicado en el puesto 17 de 1745 organismos públicos de ciencia y tecnología de todo el mundo. CONICET se encuentra además ubicado primero en el ranking de organismos gubernamentales de ciencia y tecnología de Latinoamérica (Ranking SCImago 2022).
Una sociedad con bajo nivel de desarrollo científico-tecnológico se encuentra ligada a una economía dependiente de otras economías productoras de bienes con valor agregado. Esta situación genera falta de inclusión, desigualdad social y la extracción de riqueza desde los países más pobres hacia los más ricos. El conocimiento científico se traduce en un incremento de la calidad de vida de las personas a través de políticas de gestión de recursos y desarrollos tecnológicos que nos posicionan favorablemente en un contexto global, que ya en sí mismo, es delicado. Es por esto, que el desarrollo científico-tecnológico aparece como una herramienta indispensable para dirigir decisiones de gestión apropiadas que se traduzcan en políticas públicas que favorezcan al pueblo argentino. Ejercer conscientemente nuestros derechos y obligaciones civiles, expresando nuestra voluntad hacia posiciones que promuevan la construcción de un país soberano es una obligación moral de todos nosotros.
Personal Instituto Nacional de Limnología (INALI, CONICET-UNL).